La inteligencia artificial no amenaza tu empleo, sino al capitalismo

 

Además de un posible mundo apocalíptico causado por la rebelión de las máquinas, el miedo más cercano y probable que causa la inteligencia artificial es la pérdida de empleos. Incluso trabajos como abogados, diseñadores gráficos, contadores, periodistas, y entre otros, están en riesgo de extinción. Pero, ¿Por qué sería eso malo?

¿Y es que acaso la finalidad de la tecnología no es facilitarnos la vida? Es decir, si las máquinas pudieran reemplazar todos los trabajos, deberíamos verlo como algo positivo, no como una amenaza. ¿No es lo sensato?

De hecho, en 1930, John Maynard Keynes, famoso economista británico del siglo XX, imaginó un mundo en el que, cien años después, el trabajo sería sustituido en gran medida por el ocio. Especuló con la implantación de un turno de tres horas y una semana laboral de 15 horas hacia 2030. De este modo, reflejaba la expectativa general de los economistas de su época en el sentido de que el aumento de los ingresos daría lugar tanto a una elevación de los niveles de consumo como a la reducción de las jornadas de trabajo. Pero apenas a pocos años para el 2030, estamos muy alejados de lo que predijo Keynes.

Y es que el gran problema que viene con la automatización y la inteligencia artificial es que esto representa una gran amenaza para el sistema capitalista. Si las máquinas pudieran reemplazar todo los puestos de trabajo, haciendo innecesaria la intervención humana, esto implica que no hay necesidad de trabajar y, por lo tanto, el uso del dinero se hace inútil. Si los bienes y servicios son producidos y distribuidos en su totalidad por las máquinas, las cuales no piden nada a cambio por su tiempo (e incluso, una máquina podría reparar a otra), eso hace innecesario un bien intermediario (moneda) para adquirir otro bien o servicio, y todos éstos estarían a la libre disposición. Y si el dinero es innecesario, eso afecta directamente a quienes tienen mucho: implica una pérdida para quienes detentan el poder económico.

¿Qué? ¿La tecnología nos va a llevar al comunismo? Pues sí, quizás la automatización suena como algo muy capitalista, pero en realidad es algo que diversos autores y filósofos, incluso socialistas y anarquistas, han propuesto para superar al capitalismo.

Oscar Wilde, escritor, poeta y dramaturgo irlandés que se identificó con el socialismo libertario o anarquista,  defendió en su ensayo "El alma del hombre bajo el socialismo" la idea de que la máquina debía liberar al hombre del trabajo y permitirle desarrollar su individualidad y creatividad.

Bertrand Russell, filósofo, matemático, lógico y escritor británico que se declaró socialista y pacifista, en su ensayo "Elogio de la ociosidad", argumentó que el trabajo era una forma de esclavitud impuesta por el capitalismo y que la sociedad debía organizarse para reducir el trabajo a cuatro horas diarias y fomentar el ocio y la cultura.

Murray Bookchin, escritor, filósofo, historiador y ecologista estadounidense que fundó la teoría del ecologismo social o municipalismo libertario, en su obra "El anarquismo después de la escasez" planteó que la tecnología podía crear una abundancia material que eliminara la necesidad del trabajo alienado y permitiera una sociedad descentralizada, democrática y ecológica.

Si nos vamos a la cultura popular, vemos que en la película Wall-E no existe el dinero. En la nave, los humanos no trabajan ni producen nada, sino que consumen productos y servicios proporcionados por la corporación y sus robots. El dinero no tiene sentido en este escenario, ya que no hay intercambio ni escasez de recursos. Pero también nos deja una reflexión sobre una terrible consecuencia: En la película, los humanos han perdido su autonomía, su salud y su cultura, y dependen totalmente de la tecnología. Es una clara critica al consumismo, la obsolescencia programada y al impacto ambiental del capitalismo actual.

Sin embargo, aún nos encontramos muy lejos de tales escenarios, que quizás sea imposible verlos con vida, pero es posible que existan algún día, si es que los poderosos no se oponen a la idea de tener lo mismo que los demás. Pero algo que si debemos considerar, es que la jornada de trabajo de 8 horas se logró en 1886 en EEUU, hace más de 130 años. ¿Qué otras cosas conoces que tengan más de 130 años?

Comentarios