#8M: "Yo soy hombre y no tengo miedo a ser violado"

Todos tenemos los mismos riesgos y miedos. Cuando salimos a la calle, todos corremos el riesgo de ser estafados, asaltados, robados, golpeados, ultrajados. Pero algunos tenemos unos miedos que otros no. Por ejemplo, yo soy hombre y cuando salgo a la calle no tengo miedo a ser violado sexualmente. Eso, en sí mismo, representa una desigualdad social brutal entre hombres y mujeres y, evidentemente, remarca una situación de privilegio, que muchos pretenden desconocer.

Ahora bien, muchos parecen ofenderse de admitir encontrarse en una situación privilegiada al resto. Lo toman como una gran ofensa, y buscan la manera de escapar de ello, admitiendo, por ejemplo, que a los hombres también los violan. El riesgo de que un hombre pueda sufrir una violación sexual es bastante real, pero bajo determinadas circunstancias o ambientes, tales como la cárcel o una zona de guerra; en caso contrario, es muy poco probable que ello suceda. En cambio, para una mujer, el riesgo de ser violada se encuentra latente en cualquier parte y en cualquier circunstancia, incluyendo su propio hogar.  Y eso no tiene otro nombre que desigualdad.

Admitir que tengo un privilegio frente a otros no me hace una mala persona, pero no reconocer que existe una desigualdad con consecuencias fatales si me hace una mala persona. Podríamos hacer una similitud entre aquellos burgueses que renunciaron a los privilegios que les daba la Corona Española y declararon la independencia, puesto que no es apropiado olvidar que muchos próceres latinoamericanos poseían títulos nobiliarios (por ejemplo Simón Bolívar y José de San Martín), quienes aparentemente renunciaron a ellos a favor de los ideales independentistas.

Todo en el mundo es sobre sexo excepto el sexo. El sexo es poder”, dijo Oscar Wilde. Por eso el violador hace lo que hace, por el mero gusto a la sensación de poder y fuerza que le da violar a otro, más que el sexo en sí mismo. Hay una escena en la serie "Outlander", en la cual el villano quiere violar a la hermana de uno de los protagonistas, pero ella, por cierta reacción psicológica, empieza a reír descontroladamente en lugar llorar y desesperarse, ese hecho es más que suficiente para hacer desistir al agresor, quien no pudo tener una erección. Eso, aunque sea ficticio, es un ejemplo de cómo el sexo es poder, como indicaba Wilde. De hecho, las violaciones son constantemente utilizadas en conflictos armados como arma psicológica, tanto contra hombres como mujeres, como una manera de humillar y desmotivar al que consideran su enemigo (Véase Violación como arma de guerra).

Pero quizás algo peor que usar la violación como arma de guerra es la invisibilización. Aquellos que sostienen que la desigualdad hacia la mujer no existe. De hecho, inclusive se reniegan utilizar la palabra "feminicidio" (matar mujeres por ser mujeres), según ellos, porque basta y sobra la palabra "homicidio". Pero si hacemos un breve repaso, existen muchas palabras para determinar muchos tipos de asesinatos, y aquí menciono unos cuantos:

  • Conyugicidio - asesinato de una pareja (con- = "todo, junto", iugum = "yugo").
  • Deicidio - crimen de matar a Dios, se aplica los que crucificaron a Jesús (deus, dei = "dios, de dios").
  • Feticidio - acción de dar muerte a un feto (fetus = "embrión humano").
  • Filicidio - asesinato de un hijo (filis = "hijo").
  • Fratricidio - asesinato de un hermano (frater = "hermano", -io = "acto resultante").
  • Genocidio - exterminación de un pueblo, del griego γένος (genos), raza, casta, familia.
  • Hemicidio - acción de dejar a alguien medio muerto, del griego ημι (hemi = medio).
  • Infanticidio - asesinato de un niño, latín 'infans' (niño, servidor).
  • Magnicidio - asesinato de alguien importante (magnus = "grande").
  • Matricidio - asesinato de la madre.
  • Suicidio - asesinato de si mismo, del latín 'sui ' (de si mismo).
  • Parricidio - que mata a los padres (parens, parentis = "pariente, padre y madre").
  • Regicidio - asesinato de un rey.
  • Uxoricidio - asesinato de la esposa.

Además de que no he visto a la primera persona quejarse de la palabra magnicidio, es necesario destacar que la palabra "homicidio" proviene del latín "homo" (hombre), y de la raíz "cid" que se forma del verbo "caedere" (matar), y que por lo tanto significa "asesinato de hombres". Es decir, aunque la palabra "hombres" pudiera usarse para referirse a la humanidad, es un término vago y poco preciso, por lo que sería correcto hablar de femicidio si se quiere hablar de asesinato de mujeres, así como la palabra infanticidio es apropiada para referirse al asesinato de niños.

Es un tanto paradójico, puesto que el miedo a perder privilegios ante el reconocimiento de la existencia del patriarcado (la existencia de un sistema que favorece al hombre y menosprecia a la mujer), conlleva a muchos a negar la existencia de tales privilegios, llevándolos a argumentos totalmente ridículos. Uno muy usual es la afirmación de que el patriarcado no existe, pues porque en muchos países existe una ley que defiende los derechos de las mujeres. Pero eso es tan ridículo como decir que el narcotráfico no existe porque hay una ley que lo prohíbe e instituciones que luchan contra ella. De hecho, la existencia de una ley o institución que castiga una determinada conducta es más que prueba suficiente para demostrar que existe una condición de desigualdad entre hombres y mujeres.

Todos y todas, de una manera u otra, tenemos una situación del privilegio frente a otros. Las personas blancas tienen privilegio frente a los negros. Los ricos frente a los pobres. Las personas sin discapacidad frente a quienes tienen discapacidad. Los jóvenes frente los adultos mayores. Los adultos frente a los niños. Los nacionales frente a los extranjeros. Los hetero frente a los LGBT. Los no indígenas frente a los indígenas. Los hombres frente a las mujeres. Y así sucesivamente, existen distintas relaciones que implican superioridad e inferioridad, y en ocasiones puede ser fácil cambiar de una a otra, como la vulnerabilidad que enfrenta un hombre blanco latinoamericano sin papeles en EE.UU frente a los blancos estadounidenses. No tiene ningún sentido afanarse en la supuesta inexistencia de desigualdades, puesto que tod@s somos susceptibles a ser vulnerables en cualquier momento, y es un sinsentido negarnos a nosotros mismos la posibilidad de ser amparados.

Ante todo esto, es menester acabar con las falacias que se suelen esgrimir contra el feminismo. Por ejemplo, en ningún sentido defender los derechos de las mujeres implica atacar a los hombres, del mismo modo en que defender los derechos de los niños y niñas no implica atacar a los adultos. Tampoco el feminismo es lo mismo que machismo, del mismo modo en que el antiracismo no es igual al racismo.

También existe la llamada "ideología de género", lo cual es un término acuñado por los conservadores para referirse tanto al movimiento LGBT+ y al feminismo. Sin embargo, ninguno de estos movimientos se autodenominan de tal manera y, de hecho, los grupos LGBT+ y feministas no son movimientos homogéneos y, en ocasiones, sus opiniones, teorías, agendas e intereses, pueden ser contrarios.

Un punto interesante dentro del feminismo es el papel de los hombres dentro del movimiento. ¿Pueden ser feministas? ¿O sólo pueden ser "aliados"? En lo personal, poco importa el uso de sustantivos o adjetivos, puesto que yo no estoy de parte de ningún grupo, solamente apoyo lo que yo considero correcto. Y me declaro en contra de toda forma de opresión, sea política, económica, social, religiosa o de género, y prefiero autoidentificarme como anarquista.

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