Westerozuela: el asedio de President's Landing


No dejan de ocurrir eventos en cada uno de los episodios del Game of Thrones: Westerozuela. Tras la proclamación de Jon Guaidó como nuevo gobernante, aceptado por la mayoría de las Casas importantes del Reino, el gobierno de Nicolás Lannister está asediado por todos los frentes, y no sólo geográficos, sino políticos y financieros. ¿Será ésta su última temporada?

Es necesario reconocer que la oposición venezolana se ha gestado un verdadero plan maestro en contra del gobierno de Nicolás Maduro. El chavismo tiene 20 años diciendo que están siendo asediados, pero esta vez es irrefutable. Hay un verdadero empuje diplomático, financiero, político y militar para sacar a Maduro del trono de Westerozuela.

En el aspecto diplomático, una mayoría de países -importantes para Venezuela- desconoce al gobierno de Nicolás Maduro; y entre los más importantes que apoyan a Nicolás, Rusia y China, no parecen más interesados que dar un apoyo político. Nada de apoyo militar o económico. De hecho, China, como buena pragmática y en defensa de sus propios intereses, se mostró dispuesto a trabajar con cualquiera de las partes ganadoras del conflicto. Si yo fuera Jon Guaidó, terminaría de dinamitar dichas alianzas ofreciendo todas las garantías de cumplir con las deudas del Estado venezolano, a cambio de mi reconocimiento como monarca de Westerozuela. Probablemente ello no surta efecto... al menos al principio.

Los países neutrales e indecisos, poco a poco van adoptando una posición más firme. El llamado Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela, compuesto por los países americanos no miembros del Grupo de Lima y Europa, solicitaron la convocatoria de nuevas elecciones, para el cual se fijaron un plazo de 90 días, de lo contrario la CGI desaparecerá (lo que significará el fin de la vía diplomática). La declaración del CGI supone un revés para Maduro, pues inicialmente se pensó que el mismo insistiría en el principio de no intervención y en una solución pacífica y negociada. A pesar de perder el apoyo de Uruguay, aún así sigue contando con México, Bolivia y los países del CARICOM, que se abstuvieron de suscribir la Declaración. Quizás en los próximos días haya algún tipo de pronunciamiento favorable a Nicolás Maduro de la Unión Africana. Y no olvidemos además que todos los países fronterizos con Venezuela son hostiles a Nicolás Maduro.

Con esto último doy paso al tema de la "ayuda humanitaria", la cual se va a acopiar en ciudades fronterizas a Venezuela. Esta es una verdadera prueba de fuego para el gobierno venezolano. Si el Gobierno frena el ingreso del material, la comunidad internacional que está alineada con la oposición tendrá un nuevo motivo para sus acusaciones de autoritarismo y dictadura contra el gobierno (Ya se empieza a hablar de ello como un crimen contra la humanidad). Es incluso posible que fuera visto como un acto de hostilidad por parte de Estados Unidos y la comunidad internacional. Esta es hasta ahora la ruta trazada por Maduro, supongo que bajo el dicho popular: "¿Qué es una raya más para el tigre?", pero quién sabe, quizás sí sea mucho.

Por otra parte, si la ayuda humanitaria logra entrar, Maduro estaría dando una muestra de debilidad que puede provocar el quiebre de filas a lo interno del gobierno, quien rechaza la ayuda y niega su necesidad. La oposición incluso podría contemplar que desde Venezuela pase gente a buscarla y a distribuirla en el país, algo que sucederá sin duda, sería una maniobra que, más allá de lo humanitario para paliar la crisis de salud, es política: presionar el quiebre de filas dentro del chavismo.

En ambos casos, pierde Maduro. El gobierno ha sido incapaz de evitar el narcotráfico, el "bachaqueo" y la migración irregular, por lo que será inevitable que la "ayuda humanitaria" pase por los miles de kilómetros de frontera con Colombia, Brasil y Guyana. Si yo fuera Maduro, y teniéndolo como el mal menor, aceptaría recibir la ayuda humanitaria, la someto a mis controles de seguridad y sanitarios, y me ofrecería a distribuirla a través de mis propias plataformas (CLAP). ¿Por qué eso es el mal menor? Porque sólo se invade a gobiernos que no cooperan.

Desde el punto de vista económico, está el asedio financiero a través de las sanciones económicas. Los activos del Estado venezolano alrededor del mundo han sido retenidos, como la movilización de US$1.200 millones desde el banco portugués Novo Banco a cuentas en Uruguay; y así como el rechazo de repatriación de US$1.200 millones desde el Banco de Inglaterra. Pero el caso más destacable es la sanción a PDVSA por parte de EE.UU, que practicamente expropia la empresa CITGO (perteneciente a PDVSA), congela las cuentas de la petrolera en EE.UU. y -aunque no lo dice expresamente- implica un embargo petrolero a Venezuela. Para que se entienda la magnitud de la sanción, alrededor del 90% de las divisas que ingresan al país se deben al oro negro venezolano. Eso quiere decir que, si la situación económica, ya de por sí difícil para la población del país, ahora será mucho más difícil. Esto también se compagina con la ayuda humanitaria por parte de EE.UU: "como sé que te voy a causar un daño económico y social, te propongo una ayuda para paliar los efectos de mis sanciones".

Además, en el punto de mira están el resto de los commodities con los que el Estado venezolano pudiera adquirir divisas, como las triangulaciones que hace Venezuela con el oro, con el que busca conseguir los fondos para sortear las sanciones petroleras. Buena parte del oro llega ahora a Turquía, aliado de Maduro, a través de terceros países. Y Estambul paga con el envío de alimentos y demás productos básicos que escasean en Venezuela. El fin es que el gobierno de Venezuela tenga cada vez más problemas para mover sus fondos en el sistema financiero internacional.

Una medida que está empezando a aprovechar el gobierno de Maduro para adquirir divisas son las remesas internacionales de los venezolanos en el mundo, que mediante la devaluación de la moneda, pretende incentivar el uso de los canales oficiales (en lugar del mercado informal, que por primera vez tiene un costo del dólar inferior al oficial).

Ambos estrategias tienen algo en común, y que a la vez es una estrategia en sí: buscar el quiebre de la unidad del chavismo, en particular de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y las fuerzas de seguridad ciudadana.

Así, además de la presión política de la diplomacia, de la presión ética y mediática de la ayuda humanitaria, de la presión financiera de las sanciones, también hay una presión militar, dado que EE.UU. ha insistido en hacer sonar los "tambores de guerra" frente a la situación venezolana. Es poco probable una intervención militar por parte de EE.UU., dado que el costo económico, político y humanitario de una guerra es muy alto para Trump en este momento, pero sirve como una medida para ejercer presión sobre los militares, que hasta los momentos se mantienen leales a Maduro.

Pero esto podría cambiar: los soldados también se ven afectados por la crisis económica, ¿Cómo reaccionaría uno de ellos frente a la ayuda humanitaria si tiene un familiar enfermo con cáncer? ¿Qué haría el militar si el gobierno no puede garantizar su salario (y privilegios) en los meses por venir? (Pregunta igual válida para los trabajadores públicos) ¿Estaría el militar venezolano dispuesto a ir a una muerte segura contra la potencia militar más grande del mundo? La presión psicológica también se ejerce a través de las noticias falsas: hay una gran difusión de mensajes de texto y notas de voz sobre supuestas tropas estadounidenses y colombianas en la frontera que han generado alarma en la población... ¿Cómo actuaría un militar venezolano si un familiar le suplica que abandone el ejército para resguardar su vida?

La finalidad de estas estrategias de la oposición es que el país sea ingobernable. Pero no a través de la fuerza en la calle como en 2017, cuando hubo cuatro meses de protestas y más de 100 muertos, sino a través de la presión financiera, diplomática, militar y psicológica. Las protestas ya se demostraron como medidas ineficientes que, en realidad, afectan más a la gente que al gobierno: entorpecen la vida normal de la ciudadanía, colocan en riesgo su vida y seguridad personal y la situación económica hace que muy poca gente pueda darse el lujo de no trabajar durante tiempos prolongados.

También, vale la pena preguntarse: ¿Por qué a Donald Trump le interesa este conflicto en Venezuela? ¿Es por petróleo y recursos minerales? EE.UU. ya es uno de los principales productores de petróleo del mundo y ya exporta más de lo que importa. La crisis venezolana seguramente sólo incitará a EE.UU. a independizarse de una vez por todas del petróleo extranjero, así que las viejas tesis de un imperio hambriento de petróleo ya no tienen el empuje que tenían antes. Del mismo modo, Venezuela nunca ha dejado de vender y cooperar con las transnacionales estadounidenses en materia de recursos minerales y energéticos. Realmente, podríamos afirmar que EE.UU. quiere dos cosas: 1) Reducir la influencia de Rusia y China en la región; 2) Trump no ha podido cumplir su mayor promesa: la construcción del muro, así que necesita una victoria política destacable que le permita su reelección en 2020. Trump ve a Venezuela como una victoria fácil.

En la historia antigua, el asedio era un bloqueo militar prolongado a una fortaleza o ciudad, con el fin de evitar abastecimiento de alimentos e insumos, provocar el desgaste, e inducir la rendición y facilitar su conquista. Ahora mismo podemos ver un asedio al estilo siglo XXI en Venezuela.

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