Sí, ya lo sé, me acusarás de cometer un anacronismo al decir que Jesús era un anarquista, y tendrías absolutamente toda la razón. Es tan anacrónico señalar a Jesús como anarquista como decir que era "el primer comunista"; pero para efectos prácticos, no me importa. No me malinterpretes, soy férreamente ateo; sin embargo, considero que existen suficientes elementos para, por lo menos, vincular a Jesús accidentalmente al anarquismo.
En primer lugar, se hace necesario empezar por una definición del anarquismo (definición propia):
El anarquismo es una ideología y teoría política que propone la abolición del Estado y de toda autoridad, por considerarlas tanto nocivas como innecesarias y, en su lugar, construir una sociedad organizada horizontalmente (sin jerarquías).Ahora bien, este personaje llamado Jesús, demuestra en diversos casos y circunstancias el desafío a la autoridad, así como el intento de construir una sociedad más solidaria e igualitaria, la definición propia de un anarquista.
Tomemos 12 hechos que ameritan un análisis:
- Evitar el lapidamiento (Juan 8:1-7): La ley judía no deja espacio para dudas: a la mujer adúltera hay que apedrearla hasta la muerte (Levítico 20:10). ¿Por qué? Por mancillar el honor del hombre casado. ¿Qué hizo Jesús al respecto? Colocó en duda este problema: "El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra".
- "No juzgueis y no seréis juzgados" (Lucas 6:37-38): Este guarda relación con el anterior. El cristianismo tradicional interpreta esto en un sentido muy superficial, como simplemente no ser criticón para con los demás, lo cual se queda bastante corto. La misma es una crítica contra el sistema judicial en sí mismo, porque sólo Dios tiene derecho a juzgar (Por ello Jesús no te deja lanzar piedras). Ello también se observa con la actitud irreverente que demuestra Jesús frente a Poncio Pilatos (Lucas 23:1-5, Lucas 23:13-25, Mateo 27:11-26) y el Rey Herodes (Lucas 23:6-12) cuando lo iban a enjuiciar.
- Jesús echa a los mercaderes del Templo (Marcos 11:15-18, Mateo 21:12-17): Tumbar las mesas de los comerciantes no es sólo una crítica a los avaros o al propio sistema económico, sino también a las autoridades religiosas y políticas (recordemos que, en el mundo antiguo, la autoridad política y religiosa podía ser la misma persona) que permitieron dicha actividad. El propio relato en el libro de Marcos destaca como los sacerdotes y escribas detestaban a Jesús por este hecho.
- "Al César lo que es del César" (Mateo 22:15-22): Es difícil interpretar lo que Jesús quiso decir cuando se le preguntó si debían pagar los impuestos a los romanos. El cristianismo tradicional entiende dicha respuesta como la aceptación y respeto a las autoridades humanas. Sin embargo, uno se puede preguntar:
¿Quién es el César? El Emperador.
¿Qué hace que el Emperador tenga poder? El uso de la fuerza.
¿Qué sería el César sin nadie que lo apoye? Una persona común y corriente.
Entonces, si ello no es natural o intrínseco a sí mismo, y debe conseguirlo mediante el uso de la fuerza, vale la pena preguntar:
¿Qué es realmente del César? Nada.
Dios, por el contrario, al ser considerado el creador de todo, es el dueño de todo. Lógica que, una vez más, viene a demostrar que el César no es dueño de nada, porque el universo ya tiene dueño. Por eso "a Dios lo que es de Dios". De esa manera, en palabras más simples, se puede interpretar: "¡Si el César quiere su baratija con su cara en ella, devuélvesela!".
Pero no solamente se hace cuestionamiento a la autoridad del César, sino al del propio valor del dinero. El mismo Jesús dice que "No podéis servir a Dios y al dinero" (Lucas 16:13). Así, Jesús considera el dinero como una falsa creencia, pues lo importante es ser "rico" delante de Dios (Lucas 12:21). - Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37): Por un lado, esta parábola abre las puertas a que personas de otras creencias o incluso ninguna, entre al Country Club del más allá. Bien se podría cambiar "samaritano" por "ateo" y el resultado debería ser el mismo, de lo contrario la parábola carece de sentido. Por el otro lado, la misma parábola, al mencionar al sacerdote como uno de aquellos que ignoró al hombre herido, niega el acceso automático a la autoridad sólo por ser autoridad. La llave al cielo está en los hechos y no en el cargo, enseña Jesús.
- Lavar los pies de los discípulos (Juan 13:1-17): Esta escena se suele interpretar como la importancia de ser humilde, aún cuando quien se considera a sí mismo como "el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6) no es muy humilde que digamos. Ese pasaje hace referencia a la igualdad, pero ya no en el aspecto económico, sino entre maestro y alumno, autoridad y subordinado. De hecho, el mismo pasaje señala: "Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que su amo, y ningún mensajero es más que el que lo envió". Lo mismo vale en aquel ingreso en burro a la ciudad de Jerusalén, como mofa de aquellos que hacen alarde de su poder y riquezas.
- Cualquiera puede hacer milagros: En un sentido similar al anterior, Jesús destaca que todo aquel que crea puede obrar milagros, haciendo innecesaria la autoridad religiosa. Por ejemplo, están estos versículos: "Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud" (Marcos 16:17-18); "Les aseguro que, si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible." (Mateo 17:20).
- Dios está dentro de ti: A pesar de que los cristianos (sin apellido) tienen una guerra de editoriales entre ellos mismos, lo triste es que sólo leen un libro (un libro que, a fin de cuentas, tiene origen católico[1]). Por ello vale la pena mencionar uno de los libros apócrifos: el evangelio de Tomás. En este libro Jesús dice: "El reino de Dios está dentro de ti y alrededor tuyo, no en edificios de madera o piedra. Levanta una piedra y me encontrarás, divide un trozo de madera y ahí estaré". Dado el rechazo que aquí se muestra a la autoridad religiosa, es evidente porque este libro no entraría en el selecto grupo que conforma la Biblia. Sin embargo, Pablo de Tarso, en la Primera Carta a los Corintios escribe: "¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo" (1 Corintios 3:16-17). Así que la afirmación no sería nada descabellada.
- Rechazo a gobernar: Errico Malatesta define al anarquista como "aquél que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor". En ese sentido, recordemos cuando Jesús tenía unos 30 años y acababa de bautizarse, el Diablo le ofreció ser el gobernante de la humanidad, pero lo rechazó (Mateo 4:8-11). Más tarde, una muchedumbre quiso hacerlo rey. ¿Qué hizo él? El evangelio de Juan señala: “Sabiendo que estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo” (Juan 6:10-15). Incluso, quisieron convertirlo en un activista político, al obligarlo a tomar partido cuando se le preguntó si debían pagar impuestos a Roma. Más interesante es cuando dijo "Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro" (Mateo 6:24); demostrando para sí, que la única autoridad válida para él es Dios; un Dios que, estando en "otro reino", lo hace más cercano a un anarquista que a un autoritario. Asimismo, es lógico pensar que, quien rechaza ser rey, rechaza a quien es rey (o presidente, primer ministro, y así sucesivamente).
- “¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división” (Lucas 12:49-53): Prefiero la versión que dice: "No he venido a traer paz, sino la espada". En este caso estoy de acuerdo con la mayor parte de las interpretaciones que hace el cristianismo tradicional: Jesús se refiere a que ha venido a generar polémica y conflictos, y que ello traerá como resultado divisiones y enfrentamientos ideológicos, incluso entre familias. Un anarquista o cualquier otro revolucionario, definitivamente no tienen la intención de hacer "paz" en la sociedad en la que viven, sino la de avivar las llamas para destruir lo viejo y levantar lo nuevo, como aquel relato del templo que sería destruido y reconstruido en 3 días (Juan 2:18-19).
- Cuestionamiento a la división del trabajo y el sistema económico: El comunismo no lo inventó Marx en el siglo XIX. Incluso Platón en su obra "La República" proponía un sistema comunista para los "aristócratas". Jesús hace una aclaración bastante interesante sobre el sistema económico, el cual señala como una invención humana y, por lo tanto, prescindible. "Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás? Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas." (Lucas 12:24-31).
- La razón de su muerte. ¿Por qué mataron a Jesús? Porque amenazaba directa o indirectamente la autoridad religiosa y política del momento. Ello no lo convierte en anarquista, porque personas de otras tendencias han causado el mismo efecto; sin embargo, incide directamente en una pérdida de influencia en aquellos con poder. "Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley comenzaron a buscar la manera de matar a Jesús, porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba admirada de su enseñanza" (Marcos 11:18)
- "Bien sé yo, oh Jehová, que al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso" (Jeremías 10:23)
- “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Eclesiastés 8:9) Este versículo resume en una sencilla frase toda la historia de la política mundial.
- “El mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19).
Si Jesús viviera ahora, estoy seguro que no sería un tipo aburrido con sotana dando misa.
Notas:
- Hago referencia al I Concilio de Nicea: https://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Nicea_I
Comentarios
Muy buena reflexión, que bien harían muchos cristianos en leer. Muy recomendable.
Publicar un comentario
¡Aquí puedes dejar tu comentario!