El anarquismo en las Relaciones Internacionales


Para explicar porqué un Estado (país o gobierno) hace aquello o lo otro, a nivel internacional, los analistas internacionales recurren a diversas teorías o paradigmas.

En relaciones internacionales, se suele afirmar que el sistema internacional es anárquico dado que no existe un gobierno mundial que obligue a los países a actuar o a comportarse de una manera determinada. Aunque se suele usar la palabra "anarquía" como sinónimo de "caos", los teóricos de las relaciones internacionales no califican realmente de caótico al sistema internacional, sino que sencillamente indican que el mismo carece de "líderes" o de "gobierno" por encima de todos los demás. Sin embargo, para un anarquista hecho y derecho, esto no es anarquía.

Primero que todo, hay que tener en cuenta en concepto de anarquía. La palabra anarquía proviene del griego anarchía (prefijo an, que significa ‘no’ o ‘sin’, y sustantivo archós, que significa ‘dirigente’, ‘soberano’ o ‘gobierno’) y sirve para designar aquellas situaciones donde se da la ausencia de Estado o poder público volviendo inaplicable el monopolio de la fuerza sobre un territorio. Del otro lado, el anarquismo es una teoría política que propugna la abolición del Estado y cualquier forma de poder, autoridad o control social, bien sea político, económico, social o religioso, considerándolas como innecesarias, injustas y nocivas. En lugar del Estado, el anarquismo propone una organización social sin líderes o jerarquías, también llamada organización horizontal, como una manera de lograr una libertad e igualdad plena, que a su vez debe garantizar el orden social.

De esta manera, la teoría anarquista de las relaciones internacionales señala que los conflictos internacionales existen porque los Estados existen. Esto no es difícil de argumentar, dado que el derecho internacional define la guerra como un "conflicto armado entre Estados", es decir, si no existen Estados, no puede existir la guerra. ¿Así de sencillo? Así de sencillo.

Como este artículo no puede ser tan corto, voy a divagar un poco más. Volviendo al inicio, un anarquista no puede considerar el sistema internacional como anárquico, en cuanto todavía persisten la existencia de Estados, autoridades y jerarquías. Así, la única diferencia entre el sistema nacional y el sistema internacional, es que en el internacional no hay predominio de una única autoridad, sino de varias que compiten entre sí por ese predominio. De esta manera, el sistema internacional sería más oligárquico que anárquico, e inclusive, el hecho de que las grandes potencias sean las que lleven las riendas de los esquemas multilaterales de integración y cooperación (Naciones Unidas, Unión Europea, Fondo Monetario Internacional, CELAC, etc), nos indica la certeza de esta percepción.

De esta manera, el anarquismo no se encuentra en total desacuerdo con la teoría realista de las relaciones internacionales, que señala que la política internacional es la lucha por el poder, donde cada Estado vela por sus propios intereses. El realismo se basa en el pensamiento de Nicolás Maquiavelo, principalmente en su obra "El Príncipe", y de Thomas Hobbes, en "El Leviatán", donde señalan que la naturaleza humana es cruel, egoísta y busca sus propios intereses. Sin embargo, la diferencia entre el anarquismo y la teoría realista es que la primera busca una solución al problema y la segunda sólo lo explica. De no existir Estados, los conflictos internacionales son automáticamente nulos. Ello implica que el anarquismo es una propuesta mundial, donde para ser factible deben desaparecer todos los Estados del mundo. Inclusive, el anarquismo reta la lógica tradicional, puesto que si se considera que la naturaleza del ser humano es cruel y egoísta, eso da más razones para rechazar la autoridad investida en una o varias personas.

También, aunque el anarquismo se pueda clasificar de izquierda, no siempre comulga con las teorías marxistas, que son otro marco teórico que permite explicar los conflictos internacionales, así como las razones del subdesarrollo, sustentándose principalmente en el hambre de las potencias capitalistas por materias primas y nuevos mercados. La teoría marxista del imperialismo y la teoría de la dependencia, suelen encasillarse en esquemas duales: centro-periferia, Norte-Sur, Occidente-Oriente, y que para algunos de sus teóricos pareciera significar "Buenos Estados" vs "Malos Estados". Aunque sirven para explicar la realidad, para el anarquismo ningún Estado es víctima, ni tampoco apoya a pequeños Estados oprimidos frente a grandes Estados opresores. Quizás Palestina sea un Estado oprimido ahora, pero en el futuro podría ser un Estado opresor. Esto quiere decir que para el anarquista todo Estado es, por antonomasia, opresor, sin importar el tinte ideológico que sea.

Las teorías realistas y marxistas se enfocan en el Estado, mientras que la teoría anarquista se enfoca en los individuos y en la colectividad. Los Estados modernos, a partir del siglo XIX, generaron una religión llamada "nacionalismo", que adora la divinidad de la patria. Para el anarquista, el Estado es una ficción humana no muy diferente de la religión, que también tiene el propósito de separar a la humanidad: si la religión separa en cristianos, musulmanes, judíos, etc, entonces los Estados separan en chinos, franceses, egipcios, mexicanos, etc. Así, para el anarquista, que se considera luchador contra la mentira, las fronteras deben ser abolidas. Se considera que "La tierra es de quien la trabaja o vive en ella", y no es un producto histórico, hereditario, contractual o legal; o lo que es lo mismo, la tierra no es de nadie. El nacionalismo tendría como fin servir a los intereses de los poderosos, en tanto moviliza a las masas a enfrentarse contra otro grupo humano por el mero hecho de que viven del otro lado de la frontera y, por lo tanto, se consideran diferentes a nosotros. Inclusive, Karl Marx lo explicaba mejor:
"La lucha de la clase obrera no tiene nada que ver con los intereses nacionalistas. El proletariado no defiende la creación de nuevas fronteras, sino su abolición; no defiende los privilegios de un territorio frente a los demás, sino la solidaridad y la unidad de clase frente a todas las divisiones; no pretende una distribución más equitativa de los beneficios, sino la abolición de la ley del valor, la subordinación de la producción a las necesidades humanas: «De cada cual según su capacidad; a cada cual según su necesidad»".
De esta manera, al igual que en comunismo en el siglo XIX, el anarquismo se autodenomina "internacionalista" o, inclusive, "apátrida", como un movimiento mundial que intenta unir a todos los pueblos del mundo bajo el principio del apoyo mutuo. Posteriormente, en el siglo XX, los socialistas y comunistas marxistas se apartarían de dicho sendero, bajo la tesis del socialismo en un sólo país, e inclusive defendiendo, irónicamente, principios de la derecha conservadora, como la soberanía y el nacionalismo, especialmente en América Latina.

Finalmente, se encuentra la relación entre el anarquismo y la teoría de juegos. La teoría de juegos es un área de la matemática que a partir del uso de modelos estudia las tomas de decisiones y las interacciones de los individuos o grupos. Si algo se concluye de los modelos teóricos de la teoría de juegos es que la cooperación proporciona más beneficios que la competencia, al menos al largo plazo. Por ejemplo, desde el punto de vista evolutivo, si la humanidad no hubiese cooperado entre sí la especie se habría extinto hace mucho tiempo[1], puesto que somos físicamente débiles en comparación con otras criaturas. De esta manera, el apoyo mutuo no es un lujo moral, sino una necesidad para nuestra propia supervivencia, y mientras existan los Estados y las diversas formas de autoridad y sumisión, no puede garantizarse la cooperación.

El anarquismo es, de esta manera, la comprensión de que la cooperación nos beneficia a todos. La naturaleza humana no es cruel ni bondadosa, sino racional e irracional, y es apelando a la racionalidad en la que el anarquismo hace su propuesta.

Notas:

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