Despotismo Ilustrado del Siglo XXI


El despotismo ilustrado fue una corriente de pensamiento político que, en el siglo XVIII, enmarcaba las monarquías absolutas dentro de las ideas de la ilustración, según la cual el hombre debe ser guiado por la lógica y la razón. Anteriormente, el poder del monarca era justificado por el derecho divino (imposición por Dios), pero este nuevo monarca tenía su necesidad en el contrato social, y este gobernaba por el bien de todos y de modo "sabio", ya que el soberano (el rey) sabía cuales eran los mejores intereses para sus súbditos que ellos mismos. Así, esto tenía una connotación paternalista, pues el monarca impulsaba una serie de reformas sociales en la sociedad del momento, entre las cuales era la difusión de la cultura, las artes, las ciencias, en un impulso por educar a la sociedad, pero a la vez, de reforzar su autoridad. Es decir, la cultura y educación que se proponía no era otra que aquella que beneficiara a la monarquía y al status quo imperante. De ese modo esta educación debía ser de arriba hacia abajo, es decir, eran los monarcas y filósofos ilustrados los que debían guiar a las masas no ilustradas. Entre las reformas que harían los déspotas ilustrados eran:
- Centralizaron la administración pública;
- Unificación de la legislación y las instituciones de todo el territorio;
- Modernización la economía, fomentando la agricultura, la industria y el comercio;
- Mejora de las condiciones de vida del tercer estado;
- Intervención en los asuntos de la iglesia, permitiendo la venta de alguno de sus bienes o expulsando a las órdenes religiosas que se oponían a sus principios, como los jesuitas;
- Fomento de la instrucción pública, las ciencias y las artes [1].

Pero el déspota ilustrado no sólo estaba guiado con las ideas de la Ilustración, sino que también en parte se basaban en el filósofo de la República de Platón, e inclusive, se puede ver una relación con el superhombre de Nietzsche. Así, el déspota ilustrado no sólo no tenía límites para llevar a cabo sus objetivos, sino que tampoco tenía la necesidad de justificarlos. El déspota ilustrado es un idealista, y es posible que honestamente desee el bien para sus súbditos, del mismo modo en que la Inquisición se torturaba y asesinaba a los infieles por un sincero pero retorcido amor por ellos, con el fin de salvar sus almas... (Hay amores que matan).

En palabras de Federico II el Grande: "Mi ocupación principal es combatir la ignorancia y el prejuicio... iluminar las mentes, cultivar la moralidad, y hacer a la gente tan feliz como lo indica su naturaleza humana, y por todos los medios a disposición que me lo permitan".

Aquellas tesis a favor de la monarquía, en la actualidad, ya no tienen sustento. El surgimiento de la democracia acabó las tesis del rey como soberano, por las del pueblo como soberano. Y al contrario, la difusión de la cultura y la razón, en lugar de reforzar el poder de los reyes, devino en su decadencia: una persona inteligente es una persona que se puede guiar a sí misma.

Así señalo las características esenciales de este despotismo ilustrado: la necesidad de guiar a las masas o al pueblo mediante unos lineamientos o ideología (lo cual no quiere decir que el déspota ilustrado deba abrazar esa ideología, pues esa ideología es un medio para un fin); la justificación paternalista del poder para proteger a ese pueblo y el hecho de que éste poder, líder u oligarquía deben de disponer de todos los medios necesarios, aún fuera de las leyes, para llevar a cabo sus objetivos.

A pesar de todo, el despotismo ilustrado no es algo que haya sido realmente abandonado. El creciente caudillismo en América Latina a partir del siglo XIX y XX es una demostración de ello. Sin embargo, en la actualidad, todavía hay gobiernos que se asemejan, al menos en parte, a aquel despotismo ilustrado. Esos son los gobiernos del presidente George W. Bush (EE.UU) y el presidente Hugo Chávez (Venezuela). Estos gobiernos tienen una aparente discordancia pero, de fondo, si lo analizamos, podemos encontrar más coincidencias que diferencias. Dichas coincidencias las podemos ver en su fundamentación ideológica (Del lado de EE.UU., se trata de el neoconservadurismo; y del lado de Venezuela, de la Revolución Bolivariana o Socialismo del Siglo XXI) y su forma de actuar. Este pensamiento y actuación nos recordaría mucho a lo que fue el Despotismo Ilustrado del siglo XVIII.

El neoconservadurismo es una ideología política de EE.UU., orientada hacia la conservación de los ideales y valores morales estadounidenses, como lo son la libertad, la igualdad, el rechazo a los inmigrantes, el racismo, el machismo, la homofobia, la religión, y entre otras barbaridades, y que tuvo mucha influencia tanto la política exterior e interior del gobierno de Bush. Así, esta sociedad "liberal" estadounidense (donde se fomenta la homosexualidad, el sexo libre, el aborto, las chicas en bikini por la TV) es una sociedad contaminada para el neoconservador, llena de personas sin una verdadera razón para existir. De ahí la necesidad de un nuevo resurgir, de una nueva sociedad marcada por los valores tradicionales cristianos de la sociedad norteamericana. Pero para lograr ese objetivo, la sociedad estadounidense debe unirse para un fin común, todos mirando hacia la misma dirección. Antes del fin de la Guerra Fría, esa unión se encontraba en el miedo hacia la Unión Soviética, en especial en cuanto al uso de las armas de destrucción masiva, pero después de la caída soviética, EE.UU. carecía de enemigos potenciales, por lo que ya no había un miedo generalizado que provocara la cohesión social en la sociedad estadounidense... Hasta que apareció el terrorismo islámico. En realidad, el neoconservador puede que no sea necesariamente un creyente cristiano, pero entiende la necesidad de la religión como un modo de ejercer control social, del mismo modo en que pensaba Platón en su República. El neoconservador es un idealista, y está decidido a llevar a cabo sus ideales "cueste lo que cueste". Es decir, si es necesario restringir las libertades civiles en el nombre de defender la seguridad nacional, entonces lo hará. Si es necesario invadir un país para garantizar la seguridad nacional (económica y militarmente), entonces lo hará. Eso hace que el neoconservador esté por encima de las leyes nacionales e internacionales, sólo para llevar a cabo sus ideales. El ejemplo perfecto de esto es la última Guerra de Irak. EE.UU. colocó como excusa para la intervención militar la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, lo que iría en consonancia con el ideal de garantizar la seguridad nacional; pero una vez que la guerra comienza y no se consiguen ningunas armas de destrucción masiva, el discurso idealista cambia por el de "llevar la democracia a un país dictatorial". Así se ve como el neoconservador manipula la situación, con el fin de obtener un apoyo casi unánime de la población nacional (Todos tienen que ver en la misma dirección). Inclusive, al estadounidense quien no apoyase la guerra, se le acusaba de no apoyar a las tropas, y por lo tanto de apátrida. Eso servía para acallar las voces críticas y, a la vez, reforzar la unidad nacional. De este modo, el neoconservadurismo es una expresión del despotismo ilustrado del siglo XXI. [2]

Sin embargo, el despotismo ilustrado no tiene porqué seguir una misma base ideológica, y un ejemplo de esta diferencia es la llamada "Revolución Bolivariana" en Venezuela. La revolución bolivariana es un cóctel de ideas de Bolívar, de nacionalismo, de marxismo y del llamado socialismo del siglo XXI, que tendrían como fin el implementar una sociedad socialista y bolivariana  Al igual que en los EE.UU., los ideólogos de la revolución bolivariana veían la sociedad venezolana era una sociedad destruida por la dependencia de las grandes potencias extranjeras, las políticas neoliberales y las nefastas y corruptas cúpulas del pasado. De ahí la necesidad de un nuevo resurgir, de una nueva sociedad marcada por los propios valores culturales de la sociedad venezolana. Ese objetivo se logra mediante el control del poder político: El Estado. Pero alcanzar el poder no es cosa fácil, y para esto, hace falta que la sociedad se una para un mismo fin, todos mirando hacia la misma dirección. De ahí que el gobierno del presidente Chávez ha sido muy bueno en explotar la exclusión y los resentimientos de las mayorías, de las masas. Chávez se ha ganado su confianza y amor, pero un amor que proviene del odio al pasado y la esperanza de un mejor futuro. Ahí es donde el chavismo ha conseguido su unión, no tanto en el impedir la intervención extranjera, sino en ese odio al pasado, para evitar que "aquellos" vuelvan al poder. El revolucionario bolivariano no necesariamente cree en los principios democráticos -y quizás ni siquiera en los marxistas- pero ha entendido que la democracia le otorga legitimidad a su proceso. El chavista es un idealista, y está dispuesto a llevar a cabo sus ideales, "cueste lo que cueste". Si es necesario acabar con la división de poderes (principio de la democracia) y centralizar el poder, pues lo hará. Si es necesario violar las normativas y decisiones internacionales, pues lo hará. Si es necesario acallar a unas pocas voces disidentes, pues lo hará. De ahí surgen las contradicciones de este mal llamado socialismo, que ha devenido en la criminalización de la protesta, y en especial de la protesta laboral o sindical [3] e incluso la estudiantes. Darles "Gas del bueno" a toda protesta social fue un pedido del mismísimo presidente [4]. Uno de los principios principales de la democracia es la "División de poderes", ante lo cual la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia dijo: "No podemos seguir pensando en una división de poderes porque eso es un principio que debilita al Estado" [5]. El chavismo es muy crítico con el irrespeto de las decisiones internacionales por parte de EE.UU., que invadió a Irak a pesar de la negativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la mayor parte de la comunidad internacional. Sin embargo, vemos que Venezuela también responde de manera similar ante decisiones internacionales que no le agradan. En una contradicción, para justificar la salida de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Chávez expresó: "El primer país que desconoce esa Comisión Interamericana son los Estados Unidos y es un mecanismo que usa ese país contra nosotros" [6]. Si los EE.UU. desconoce a la Comisión, ¿Por qué sería un mecanismo de los EE.UU. en contra de otro?  Si EE.UU. desconoce a la Comisión, es porque también le confiere obligaciones que los Estados Unidos se niegan a implementar (Véase aquí). La realidad es que Venezuela no quiere estar bajo la supervisión y vigilancia internacional, por la misma razón en la que EE.UU. tampoco quiere. Al igual que ocurrió (y ocurre) en EE.UU. cuando alguien disiente de la guerra de Irak, a todo aquel que disiente en Venezuela es también calificado de apátrida. De hecho, hace poco el mismísimo Chávez afirmó que "Quien no es chavista, no es venezolano"[7]. De igual modo, esto podría calificar como otro despotismo ilustrado.

Estos no son los únicos ejemplos en la actualidad, y hay muchos. El gobierno de Álvaro Uribe en Colombia no era muy diferente. Tenía el ideal, quizás sincero, de acabar con la guerrilla en su país, pero "cueste lo que cueste", aunque eso implique la matanza de ciudadanos inocentes e invadir territorios de otros países, y todo con el fin paternal de "salvar a Colombia".

Y así como estos ejemplos, hay muchos otros. El despotismo ilustrado -y maquiavélico- no ha terminado y todavía existe en la actualidad, pero ahora mejor escondido bajo la comodidad de la democracia. Espero que esto sea algo para entender que el fin nunca justifica los medios, sino que el fin determina los medios.

NOTAS:
1) Artículo Wikipedia: "Despotismo Ilustrado". Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Despotismo_ilustrado
2) Recomiendo la serie y documental de la BBC "El poder de las pesadillas" (The Power of Nightmares) para entender mejor el neoconservadurismo y, a la vez, las teorías extremistas islámicas. Enlace de búsquedas en Google por aquí.
3) Ejemplos de criminalización de la protesta en Venezuela http://www.conflictove.org.ve/analisis-y-opinion/conflictividad-y-protesta-social-en-venezuela-en-febrero-aumento-de-la-conflictividad.html
5) Morales: "La división de poderes debilita al Estado"
 http://www.eluniversal.com/2009/12/05/pol_art_morales:-la-divisio_1683109.shtml
6)Vicepresidente Jaua: CIDH no sirve de nada para los venezolanos http://www.avn.info.ve/contenido/vicepresidente-jaua-cidh-no-sirve-nada-para-venezolanos
7) Me disculpo por mostrar este video con ediciones y comentarios de la periodista, pero curiosamente me fue muy difícil encontrar un video donde aparezca el presidente diciendo estas palabras, sin otros comentarios (Es como si no existiera). Aquí el enlace.

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