Últimamente mi vida ha cambiado en muchas cosas: hace unos pocos días cumplí mis 22 años, lo cual confirma mis sospechas de que me estoy haciendo viejo...; me estoy convirtiendo en un semi-dios en youtube, y estoy planificando en postularme a "traductor oficial de los Foo Fighters"; ayer comí unas galletas que no comía desde que estaba en secundaria (ohh... los viejos tiempos... mmm... no soy tan viejo ehhh ¬¬); y hace un par de días mi presidente llama a todos los que viven dentro de estas fronteras imaginarias a "prepararse para una Guerra contra Colombia". Bueno, ustedes saben, son esas sencillas cosas que ocurren todos los días.
Como estoy increíblemente aburrido, y tengo ganas de ser un grandioso erudito internacional, no sólo quiero tratar el tema de las maravillosas galletas que me compré, sino de los delirios bélicos de mi presidente. Es decir, como estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales, voy a poner en práctica mi visión sobre el problema.
Primero que todo, hay que identificar cuales son los factores que son como una hemorroides política para mi presidente: las bases militares yankees en Colombia. Este acuerdo suscrito entre Colombia y los Estados Unidos, permitiría a los norteamericanos utilizar bases militares colombianas, y tiene el propósito expreso de ser parte de una cooperación bilateral contra el terrorismo y el narcotráfico.
Muy bien, ¿Acaso eso suena tan mal? ¿Cómo eso perjudica a Venezuela? Pues veámoslo de este modo, desde el punto de vista del "Dilema de la seguridad" (posición en la que dice encontrarse el gobierno de Caracas). En este dilema nos encontramos con, por ejemplo, dos países que no se quieren mucho (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). Cada país dispone de una fuerza militar propia, sin embargo, esas fuerzas no son equitativas. Si el país "A" tiene una fuerza militar de 10 y el país "B" una fuerza militar de 8, el país B, para aumentar su autoestima y sentirme más seguro de un posible ataque de su vecino, querrá aumentar su fuerza militar a 11 y superar al país A. Sin embargo, esta nueva relación provocaría la misma falta de autoestima para el país A, quien buscará ahora tener una fuerza militar de 13, provocando un efecto no deseado para B. De esa manera, nos encontramos con un círculo vicioso al que se le denominó "carrera armamentista", y que se pudo observar muy fácilmente durante el transcurso de la Guerra Fría entre los EE.UU. y la Unión Soviética.
Abriendo el reparto de este drama político, nos encontramos con las actuaciones estelares de nuestros principales actores de la obra: Venezuela, Colombia y los EE.UU. Con las apariciones especiales de Ecuador, Brasil, Unasur y la OEA.
Cada actor tiene su propio interés y está obsesionado con ello. Colombia, que desde los años sesenta sufre los embates de la guerrilla, el para-militarismo y el narcotráfico. Y es importante para la pequeña Colombia la solución de este problema, que no solo azota a la población, sino que coloca al país en una situación de "alto riesgo" para las inversiones. La solución a este ha sido la bandera que llevó al actual presidente, Alvaro Uribe, al poder (Quien hasta el momento ha satisfecho este punto). Es importante señalar que hay otros 2 factores importantes en el contexto de la situación, una es el Plan Colombia y la otra es el cese del acuerdo militar entre Ecuador y los EE.UU. por la Base Militar de Manta.
He aquí donde entra al escenario los Estados Unidos. El Plan Colombia es un acuerdo entre los viejos gobiernos de Pastrana y Clinton en 1999, que tenía como base dar un apoyo financiero y militar a Colombia por el tan repetido apoyo contra el narcotráfico y la insurgencia guerrillera en el país. El Plan Colombia beneficia tanto a Colombia como a los Estados Unidos, y sobre todo a este último porque le permite expandir su ámbito de influencia. ¿Por qué le importa a los EE.UU. expandir su influencia? Primeramente, "porque puede". Segundo, porque así evita que otra potencia (Como Rusia, China o algún país de Europa) expanda su influencia, no sólo en Colombia, sino también en Latinoamérica. Como mencioné antes, para este año (2009) cesaba el tratado que daba la posibilidad de que los americanos utilizasen la Base Militar de Manta en Ecuador (negándose el actual gobierno de Rafael Correa para continuar el tratado), de esta manera, los EE.UU. se quedaban sin bases militares, y por lo tanto, Colombia empieza a resultar más atractiva en este tema, ya que el gobierno colombiano no solo tiene similares intereses a los norteamericanos, sino que también tiene afinidades ideológicas hacia este.
¿Cómo ven esta pequeña coyuntura los demás países de Sudamérica? Para Ecuador, no es precisamente la noticia más agradable, ya que en el pasado marzo del 2008, el ejército colombiano incursionó en territorio ecuatoriano e hizo explotar por los aires a un contingente de las FARC, en clara violación a la soberanía ecuatoriana. Este hecho provocó el rompimiento de las relaciones diplomáticas colombo-ecuatorianas que continua hasta el día de hoy. Y la instalación de estas bases militares estadounidenses sólo incrementa aún más el conflicto colombo-ecuatoriano. Hasta tal punto llegó la situación que se discutió en una reunión de Unasur, donde llegó a resaltarse las inconveniencias por parte de varios países, como Argentina, Ecuador, Brasil y Venezuela. Sin embargo, durante esta reunión se aceptó de mala gana y bajo ciertas condiciones las bases militares. A pesar de todas las contradicciones, los colombianos invocaron el principio de no intervención, ya que un acuerdo entre EE.UU. y Colombia es de exclusiva competencia soberana de ambos países, y los demás países no tienen porque inmiscuirse en ello, ni mucho menos tienen el derecho de cambiarlo (Amén).
¿Cual es el miedo que tiene Venezuela? Chávez, a pesar de que pretende hacer ver esto como una inminente invasión yankee, él maneja dos tesis que lo hacen vociferar tales palabras, una es de ámbito externo y otra de carácter interno.
En el externo, Chávez le tiene más miedo al paramilitarismo que a las fuerzas colombianas y estadounidenses. De las numerosas intervenciones militares de los EE.UU. en latinoamérica a lo largo de la historia, desde los años 60 los EE.UU. no intervienen directamente con acciones militares en este lado del hemisferio (esta se la reservan para el Medio Oriente), sino a través de apoyo financiero y militar a grupos subversivos, tal como ocurrió con los Contras en Nicaragua y los escuadrones de la muerte en El Salvador. Es decir, Venezuela teme que un aumento de la capacidad bélica colombiana acabe con las FARC (con quien Chávez tiene afinidades ideológicas) y se abra el paso para que los paramilitares, quienes a diferencia de los ejercitos convencionales no están obligados a cumplir con las Convenciones de Ginebra y pueden violar derechos humanos (es decir, hacen el trabajo sucio que los ejercitos no pueden), incursionen hacia Venezuela. Y es de especial temor, que las gobernaciones venezolanas fronterizas con Colombia, pertenecen a grupos opositores al gobierno nacional, aumentándose así la sospecha.
Sin embargo, Chávez ha intentado hacer ver esto como un posible "casus belli", lo cual es, como siempre ha sido mi presidente, exagerado. Es ridículo pensar que un país como Colombia, o inclusive los EE.UU., ataque a un país del mismo hemisferio, con culturas similares, importantes relaciones comerciales, y sobre todo, una importante presencia de medios de comunicación y ONGs que afecten a la opinión pública (Es por ello que a EE.UU. no le importa invadir un país con cultura distinta, carente de medios de comunicación y organizaciones civiles como Irak o Afganistán).
Lo que Chávez intenta crear es una situación parecida a la de la crisis de los misiles cubanos, cuando en los años sesenta, los soviéticos introdujeron misiles nucleares en la isla (y fue sin duda, una situación de guerra), ya que eso le permitiría tener una carta sobre la cual pueda generar presión sobre Colombia y los EE.UU. y disuadirlos de "compartir" las bases militares. Es decir, Chávez no piensa realmente en la generar una guerra, sino ejercer presión y manipular (Además, Venezuela no tiene ni la capacidad militar ni económica para sostener una guerra... Y es por ello que Colombia estaría a los pies de mi casa para el almuerzo, mientras tanto, nosotros nos prepararemos para atacar así sea con un mondadientes).
¿En qué perjudica esa predicción de "vientos de guerra" a Chávez? He aquí donde se demuestra la genialidad de mi presidente en lo que a estupidez se refiere... Mi señor presidente, quien Anteriormente había acusado a Bush de ser un maldito belicoso (y lo fue), él también lo es ahora (la gran diferencia es que no ha llegado a materializarlo). Ante este hecho, el Congreso brasileño ha reconsiderado el ingreso de Venezuela al Mercosur (Mercado Común del Sur), ya que es contradictorio que un país que busca la integración y la cooperación hable en términos bélicos, sobre todo, contra otro país sudamericano. Dándose cuenta de su gran idiotez, el día de hoy Chávez descubrió que no debe dejarse llevar por sus impulsos hormonales y hablar tan abiertamente de "una guerra". Pero puedes apostar, que no dejará el tema a un lado, y que continuará jugando al dilema de la seguridad (de una manera más diplomática), que a su vez justifica su compra de armamento ruso.
Desde un punto de vista interno, Chávez siempre se ha buscado enemigos, de hecho, necesita enemigos para justificar su poder... Después de todo, Chávez es nuestro paladín que nos salvará de aquello que nos amenace (bien sea el imperialismo o Colombia). Para la población venezolana, el anuncio no fue "gran cosa" y, de hecho, el país actuó con la más normalidad posible. El pueblo de estas fronteras imaginarias ya está acostumbrado al verbo hormonal de mi presidente que habla sin medir sus palabras, y sólo para los medios de comunicación y conversaciones durante el cafecito, el tema fue de gran relevancia (Era cuestión de tiempo para que cambiara de opinión jeje).
Eso ha sido, mis amigos lectores, lo que pasó durante la última semana... Sí, sí, pasé un muy buen cumpleaños, ¡gracias por preguntar! Me piden todo el tiempo que traduzca el video de everlong de los Foo Fighters y las galletas que me compré se llaman Chocochitas... Mmmm... volveré a comprarlas otro día. Quiero tener otra semana como esta =)
Como estoy increíblemente aburrido, y tengo ganas de ser un grandioso erudito internacional, no sólo quiero tratar el tema de las maravillosas galletas que me compré, sino de los delirios bélicos de mi presidente. Es decir, como estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales, voy a poner en práctica mi visión sobre el problema.
Primero que todo, hay que identificar cuales son los factores que son como una hemorroides política para mi presidente: las bases militares yankees en Colombia. Este acuerdo suscrito entre Colombia y los Estados Unidos, permitiría a los norteamericanos utilizar bases militares colombianas, y tiene el propósito expreso de ser parte de una cooperación bilateral contra el terrorismo y el narcotráfico.
Muy bien, ¿Acaso eso suena tan mal? ¿Cómo eso perjudica a Venezuela? Pues veámoslo de este modo, desde el punto de vista del "Dilema de la seguridad" (posición en la que dice encontrarse el gobierno de Caracas). En este dilema nos encontramos con, por ejemplo, dos países que no se quieren mucho (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). Cada país dispone de una fuerza militar propia, sin embargo, esas fuerzas no son equitativas. Si el país "A" tiene una fuerza militar de 10 y el país "B" una fuerza militar de 8, el país B, para aumentar su autoestima y sentirme más seguro de un posible ataque de su vecino, querrá aumentar su fuerza militar a 11 y superar al país A. Sin embargo, esta nueva relación provocaría la misma falta de autoestima para el país A, quien buscará ahora tener una fuerza militar de 13, provocando un efecto no deseado para B. De esa manera, nos encontramos con un círculo vicioso al que se le denominó "carrera armamentista", y que se pudo observar muy fácilmente durante el transcurso de la Guerra Fría entre los EE.UU. y la Unión Soviética.
Abriendo el reparto de este drama político, nos encontramos con las actuaciones estelares de nuestros principales actores de la obra: Venezuela, Colombia y los EE.UU. Con las apariciones especiales de Ecuador, Brasil, Unasur y la OEA.
Cada actor tiene su propio interés y está obsesionado con ello. Colombia, que desde los años sesenta sufre los embates de la guerrilla, el para-militarismo y el narcotráfico. Y es importante para la pequeña Colombia la solución de este problema, que no solo azota a la población, sino que coloca al país en una situación de "alto riesgo" para las inversiones. La solución a este ha sido la bandera que llevó al actual presidente, Alvaro Uribe, al poder (Quien hasta el momento ha satisfecho este punto). Es importante señalar que hay otros 2 factores importantes en el contexto de la situación, una es el Plan Colombia y la otra es el cese del acuerdo militar entre Ecuador y los EE.UU. por la Base Militar de Manta.
He aquí donde entra al escenario los Estados Unidos. El Plan Colombia es un acuerdo entre los viejos gobiernos de Pastrana y Clinton en 1999, que tenía como base dar un apoyo financiero y militar a Colombia por el tan repetido apoyo contra el narcotráfico y la insurgencia guerrillera en el país. El Plan Colombia beneficia tanto a Colombia como a los Estados Unidos, y sobre todo a este último porque le permite expandir su ámbito de influencia. ¿Por qué le importa a los EE.UU. expandir su influencia? Primeramente, "porque puede". Segundo, porque así evita que otra potencia (Como Rusia, China o algún país de Europa) expanda su influencia, no sólo en Colombia, sino también en Latinoamérica. Como mencioné antes, para este año (2009) cesaba el tratado que daba la posibilidad de que los americanos utilizasen la Base Militar de Manta en Ecuador (negándose el actual gobierno de Rafael Correa para continuar el tratado), de esta manera, los EE.UU. se quedaban sin bases militares, y por lo tanto, Colombia empieza a resultar más atractiva en este tema, ya que el gobierno colombiano no solo tiene similares intereses a los norteamericanos, sino que también tiene afinidades ideológicas hacia este.
¿Cómo ven esta pequeña coyuntura los demás países de Sudamérica? Para Ecuador, no es precisamente la noticia más agradable, ya que en el pasado marzo del 2008, el ejército colombiano incursionó en territorio ecuatoriano e hizo explotar por los aires a un contingente de las FARC, en clara violación a la soberanía ecuatoriana. Este hecho provocó el rompimiento de las relaciones diplomáticas colombo-ecuatorianas que continua hasta el día de hoy. Y la instalación de estas bases militares estadounidenses sólo incrementa aún más el conflicto colombo-ecuatoriano. Hasta tal punto llegó la situación que se discutió en una reunión de Unasur, donde llegó a resaltarse las inconveniencias por parte de varios países, como Argentina, Ecuador, Brasil y Venezuela. Sin embargo, durante esta reunión se aceptó de mala gana y bajo ciertas condiciones las bases militares. A pesar de todas las contradicciones, los colombianos invocaron el principio de no intervención, ya que un acuerdo entre EE.UU. y Colombia es de exclusiva competencia soberana de ambos países, y los demás países no tienen porque inmiscuirse en ello, ni mucho menos tienen el derecho de cambiarlo (Amén).
¿Cual es el miedo que tiene Venezuela? Chávez, a pesar de que pretende hacer ver esto como una inminente invasión yankee, él maneja dos tesis que lo hacen vociferar tales palabras, una es de ámbito externo y otra de carácter interno.
En el externo, Chávez le tiene más miedo al paramilitarismo que a las fuerzas colombianas y estadounidenses. De las numerosas intervenciones militares de los EE.UU. en latinoamérica a lo largo de la historia, desde los años 60 los EE.UU. no intervienen directamente con acciones militares en este lado del hemisferio (esta se la reservan para el Medio Oriente), sino a través de apoyo financiero y militar a grupos subversivos, tal como ocurrió con los Contras en Nicaragua y los escuadrones de la muerte en El Salvador. Es decir, Venezuela teme que un aumento de la capacidad bélica colombiana acabe con las FARC (con quien Chávez tiene afinidades ideológicas) y se abra el paso para que los paramilitares, quienes a diferencia de los ejercitos convencionales no están obligados a cumplir con las Convenciones de Ginebra y pueden violar derechos humanos (es decir, hacen el trabajo sucio que los ejercitos no pueden), incursionen hacia Venezuela. Y es de especial temor, que las gobernaciones venezolanas fronterizas con Colombia, pertenecen a grupos opositores al gobierno nacional, aumentándose así la sospecha.
Sin embargo, Chávez ha intentado hacer ver esto como un posible "casus belli", lo cual es, como siempre ha sido mi presidente, exagerado. Es ridículo pensar que un país como Colombia, o inclusive los EE.UU., ataque a un país del mismo hemisferio, con culturas similares, importantes relaciones comerciales, y sobre todo, una importante presencia de medios de comunicación y ONGs que afecten a la opinión pública (Es por ello que a EE.UU. no le importa invadir un país con cultura distinta, carente de medios de comunicación y organizaciones civiles como Irak o Afganistán).
Lo que Chávez intenta crear es una situación parecida a la de la crisis de los misiles cubanos, cuando en los años sesenta, los soviéticos introdujeron misiles nucleares en la isla (y fue sin duda, una situación de guerra), ya que eso le permitiría tener una carta sobre la cual pueda generar presión sobre Colombia y los EE.UU. y disuadirlos de "compartir" las bases militares. Es decir, Chávez no piensa realmente en la generar una guerra, sino ejercer presión y manipular (Además, Venezuela no tiene ni la capacidad militar ni económica para sostener una guerra... Y es por ello que Colombia estaría a los pies de mi casa para el almuerzo, mientras tanto, nosotros nos prepararemos para atacar así sea con un mondadientes).
¿En qué perjudica esa predicción de "vientos de guerra" a Chávez? He aquí donde se demuestra la genialidad de mi presidente en lo que a estupidez se refiere... Mi señor presidente, quien Anteriormente había acusado a Bush de ser un maldito belicoso (y lo fue), él también lo es ahora (la gran diferencia es que no ha llegado a materializarlo). Ante este hecho, el Congreso brasileño ha reconsiderado el ingreso de Venezuela al Mercosur (Mercado Común del Sur), ya que es contradictorio que un país que busca la integración y la cooperación hable en términos bélicos, sobre todo, contra otro país sudamericano. Dándose cuenta de su gran idiotez, el día de hoy Chávez descubrió que no debe dejarse llevar por sus impulsos hormonales y hablar tan abiertamente de "una guerra". Pero puedes apostar, que no dejará el tema a un lado, y que continuará jugando al dilema de la seguridad (de una manera más diplomática), que a su vez justifica su compra de armamento ruso.
Desde un punto de vista interno, Chávez siempre se ha buscado enemigos, de hecho, necesita enemigos para justificar su poder... Después de todo, Chávez es nuestro paladín que nos salvará de aquello que nos amenace (bien sea el imperialismo o Colombia). Para la población venezolana, el anuncio no fue "gran cosa" y, de hecho, el país actuó con la más normalidad posible. El pueblo de estas fronteras imaginarias ya está acostumbrado al verbo hormonal de mi presidente que habla sin medir sus palabras, y sólo para los medios de comunicación y conversaciones durante el cafecito, el tema fue de gran relevancia (Era cuestión de tiempo para que cambiara de opinión jeje).
Eso ha sido, mis amigos lectores, lo que pasó durante la última semana... Sí, sí, pasé un muy buen cumpleaños, ¡gracias por preguntar! Me piden todo el tiempo que traduzca el video de everlong de los Foo Fighters y las galletas que me compré se llaman Chocochitas... Mmmm... volveré a comprarlas otro día. Quiero tener otra semana como esta =)
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