Mi viaje a Medellín, Ciudad de la Eterna Primavera

Su servidor en el Parque Biblioteca San Javier. La Comuna 13 de fondo.
Durante las últimas 2 semanas del mes de Noviembre de 2015, estuve de visita en la ciudad de Medellín, Colombia. Es una ciudad hermosa, ubicada en el centro de Colombia, capital del departamento de Antioquia, a casi 1500 metros sobre el nivel del mar. Elegida como la ciudad más innovadora del mundo (año 2013), es considerada la segunda ciudad del país, después de Bogotá.

Tengo varios temas del que hablar así que, como diría Jack El Destripador, vayamos por partes:

Ruta y Viaje:

Realicé el vuelo a través de la aerolínea Avior, que cubre la ruta desde la ciudad de Valencia (Venezuela) hasta Medellín. Es algo decepcionante para un caraqueño como yo que no haya vuelos directos entre Caracas y Medellín, y es muy agotador trasladarse de Caracas a Valencia (aprox. 2 horas en bus) y, por sobre todo, aguantarse el protocolo en el Aeropuerto Arturo Michelena. Si algún venezolano quiere utilizar esta ruta, debe tener en cuenta que los taxis son muy costosos en Valencia: tan sólo del terminal al aeropuerto me cobraron Bs. 1500.

El Aeropuerto Internacional Arturo Michelena es pequeño y no muy acogedor. Dispone de un Banco Bicentenario y cajeros automáticos. El check-in por parte de Avior fue lento y el vuelo se demoró una hora. Es necesario llenar una planilla que se entrega a Migración. La sala de abordaje no dispone de pantallas que indiquen el status de los vuelos, por lo que nos enteramos que el vuelo estaba retrasado porque había pasado la hora y no nos llamaron. Es intensa la revisión por parte de la Fuerza Armada venezolana, siendo revisado antes de llegar a Migración, haciendo todo tipo de preguntas (incluso las mismas preguntas por cada diferente funcionario que me encontraba), y otros controles como el detector de metales y rayos X al equipaje (y quitarme los zapatos mientras tanto); pero también fui revisado nuevamente antes de abordar el avión.

El vuelo dura aproximadamente 2 horas. La atención por parte de la tripulación fue buena y cordial. Me reí internamente mientras las azafatas explicaban como utilizar los salvavidas cuando no hay ningún mar en el camino (Si se cae el avión necesito un paracaídas, no un salvavidas).

El Aeropuerto Internacional José María Córdova está ubicado en Río Negro, aproximadamente a hora y media de Medellín. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque es necesario pagar un taxi o bus para llegar Medellín (el costo del bus es aproximadamente 3 o 4 dólares), y más para los venezolanos que no tenemos facilidad para disponer de divisas en efectivo. El Aeropuerto es moderno y bonito, dispone de casas de cambio y diversas tiendas.

En el día de regreso, el check-in fue rápido y sencillo. Debí pagar aproximadamente 65 dólares por concepto de tasa aeroportuaria, así que los venezolanos que tengan planeado viajar a Medellín para "raspar el cupo" les advierto que no es un destino rentable (Nadie me explicó que realizar cualquier transacción en un cajero automático, incluso una consulta o una operación fallida, cuesta 5 dólares). No hubo gran revisión por parte de las autoridades colombianas en el Aeropuerto José María Córdova. No puedo decir lo mismo del Aeropuerto Arturo Michelena, ya que al llegar a Valencia, las autoridades me hicieron perder 30 minutos en una inútil revisión corporal (a través de una máquina de rayos x). También, es necesario entregar una planilla en Migración y otra planilla del SENIAT (Institución venezolana de aduanas e impuestos). Es decir, odio y satanizo completamente al aeropuerto de Valencia... o por lo menos a las autoridades.

Clima y Geografía:

El clima y la geografía es tal que me sentía en casa. El clima tropical es muy similar, siendo un poco más templado en Medellín. Inclusive, al igual que Caracas, Medellín está rodeado de montañas. A diferencia de Caracas, construida de oeste a este, Medellín se construyó de norte a sur, siguiendo el curso del río Medellín (Caracas sigue el curso del río Guaire). No son tan grandes las diferencias entre Medellín y Caracas en términos climáticos, por ello ambas ciudades comparten el título de la "Ciudad de la Eterna Primavera".

Estos últimos meses del año suelen ser lluviosos en Medellín, pero pude disfrutar de la ciudad en todas sus facetas climáticas: fuerte lluvia y días soleados.

Comida, Cultura y esparcimiento:

Pueblito Paisa con alumbrados navideños
Mi primer choque cultural fue la arepa: ¿Cómo es eso de que las arepas son tan delgadas y no las rellenan? De todas maneras sabía delicioso, pero como oriundo de Venezuela es mi deber quejarme. No tuve realmente ningún problema con la comida, más bien, el colombiano es muy generoso con la comida y la bebida. Si al pedir un vaso de jugo te dan una jarra, eso, querido lector, es generosidad y probablemente poca conciencia de que los recursos son escasos. Un almuerzo puede costar entre 3 y 7 dólares, lo cual es relativamente económico (al menos desde la óptica de un venezolano que vive una gigantesca inflación).

Mi segundo choque cultural fue ir al supermercado: poder ver en los anaqueles el champú, jabón, leche, harina PAN (harina de maíz), papel higiénico y demás productos que son escasos en Venezuela me provocaba un lamento en el alma. Lo primero que me preguntaba la gente era si lo que decían los medios de comunicación sobre la escasez en Venezuela era verdad y cómo hacemos para lidiar con ello. También aprendí que es muy difícil explicarle a un extranjero lo que es el control de cambio de divisas y que existan 4 tasas del dólar.

Los medellinenses, o paisas, como ellos prefieren llamarse, son personas amables y con buen trato al público y al extranjero. De hecho, Medellín es muy visitada por turistas internacionales, que vienen a ver todas las innovaciones de inclusión social que ha realizado la ciudad en los últimos años. Casi todos los paisas me preguntaban: "¿Ya se amañó?". Lo cual quiere decir que si ya me adapté y me siento a gusto. Esa es definitivamente la palabra que más me ha gustado del lenguaje coloquial de los colombianos.

Algo que me fue muy notable es la cultura ecológica en muchos espacios públicos y privados de la ciudad, y en muchas esquinas eran visibles los contenedores de reciclaje de vidrio, papel y plástico.

Lo mío no es la vida nocturna, pero salir del cine a las 11 pm en Caracas se siente muy inseguro, en cambio en Medellín es normal. Sólo en el centro de la ciudad los paisas pueden percibir inseguridad, pero en el resto de la ciudad todo se percibe muy seguro. A diferencia de Caracas, en Medellín hay vida después del atardecer.

Pude visitar los siguientes lugares:
Todos esos lugares los recomiendo altamente. Y sin embargo, debido al tiempo me faltó visitar:
Esos no los pude visitar, pero me los recomendaron sin dudas.

Transporte, Infraestructura y Servicios:
Escaleras eléctricas ubicadas en el
barrio Las Independencias de la
Comuna 13 de Medellín.

Lo que ha catalogado a Medellín como una ciudad innovadora ha sido su infraestructura y el transporte, que ha llevado una mayor inclusión a las zonas más pobres de la ciudad. Y el hecho de ver carteles con frases como "Medellín Innovation" indica que los paisas se sienten muy orgullosos de ello.

El metrocable, el metroplus, los parques biblioteca y las escaleras eléctricas de la Comuna 13 son algunas de esas innovaciones de la ciudad. Por ejemplo, Medellín fue la primera ciudad en el mundo en implementar el sistema de teleféricos como medio de transporte público, atendiendo las necesidades de transporte de algunos de los sectores menos favorecidos de la ciudad e integrando algunas comunas o áreas de difícil acceso con el Metro de Medellín. Las que a mi parecer resultan más interesantes son las escaleras eléctricas de la Comuna 13, primeras en Colombia y en el mundo, y toda una rareza para algo que normalmente se ve en centros comerciales y otros lugares de lujo. Dichas escaleras reemplazaron 350 escalones de concreto, evitando las largas subidas de los habitantes.

Todas estas innovaciones en los barrios más pobres de la ciudad ha generado una polémica forma de turismo en Medellín: turismo de pobreza. Muchos lugareños no se sienten a gusto con estos turistas, porque se sienten como animales en un zoológico en su propio hogar, también proyectando una mala imagen de la ciudad. Sin embargo, todos reconocen que estos proyectos sociales y el turismo han beneficiado a la comunidad, tanto económicamente como en infraestructura.

La ciudad cuenta con buenos servicios públicos. La luz y el agua "no se van", al menos no durante mi estadía. Inclusive, otro choque cultural que presencié fue que los paisas beben el agua directamente del chorro, lo que demuestra el nivel de confianza que tienen en sus servicios públicos (Yo no hago eso ni loco en Caracas). El servicio de internet es rápido, y es posible ver videos HD en Youtube y en Netflix sin ningún problema. Hay Wi-Fi público en diversos puntos de la ciudad, en especial lugares turísticos, centros comerciales y universidades.

En cuanto a transporte los paisas utilizan mucho el metro (incluyendo el metrocable y el metroplus), los "colectivos" (buses y busetas) y los taxi. Los precios del transporte pueden ir desde 30 centavos de dólar (en los transporte del sistema metro) hasta 6 dólares (En distancias muy largas en taxi [Los taxis se encuentran regulados y el precio lo fija un taxímetro]).

Me llamó mucho la atención una empresa llamada EPM (Empresas Públicas de Medellín), dado que se encuentra en diversas industrias de la región, especialmente aquellas relacionadas con los servicios públicos, tales como la electricidad, el agua, el gas, inclusive desarrollan proyectos hidroeléctricos, tienen filiales en telecomunicaciones, tienen tantos proyectos e intervienen en tantas cosas que lo comparo con la Corporación Umbrella, creadora de los zombies en Resident Evil. Así que, estoy bastante seguro, si los zombies nos llegan a invadir, será por culpa de la EPM o Google.

Conclusión

Lo pongo simple, como dice el comercial: "el riesgo es que te quieras quedar". Y así sucedió, me hubiese gustado quedarme más, he incluso considero seriamente irme a vivir allá.

Debo dar un especial agradecimiento a María Elizabeth Del Río y su hermosa familia, quienes me acogieron y me hicieron sentir en casa. Así que sí, me amañé.

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