El Capitalismo Amigable: "Estados socialistas"


Una manera de perpetuar el capitalismo es a través de proyectos sociales. Pero como siempre, todo es mejor con un ejemplo: ¿Quien inventó la seguridad social? Un sujeto de derecha. Su nombre era Otto von Bismarck, Canciller de Prusia y creador del II Reich de Alemania en 1871, quien para evitar el canto seductor de los comunistas y anarquistas del momento, promovió el bienestar de los trabajadores creando por primera vez el sistema de seguridad social, pero bajo el mismo modelo económico de siempre (capitalismo) y, probablemente, lo hizo más eficiente ("Trabajador contento, mejor trabajo"). Bismarck era un notable conservador y para nada cercano a la izquierda, y sin embargo, por medidas como éstas sería tachado de socialista por algunos que no estaban con ellas. Pero Bismarck, también notablemente más inteligente que el resto de los conservadores, notó que el método más efectivo de evitar cambios es mantener a la gente contenta ("Pan y circo").

Lo mismo ocurrió con Juan Domingo Perón, quien con su marcado acento ideológico conservador (derecha), promovía el asistencialismo y cierto sindicalismo entre las masas, y cuya ilusión de mejora de oportunidades evitaba cualquier escenario verdaderamente revolucionario.

Pero la cosa ya no parece tan evidente con los gobiernos abiertamente auto declarados como de izquierda, con excepción, por supuesto, del caso chino, que es un "neoliberalismo salvaje". Los casos venezolano, boliviano, nicaragüense, entre otros con una gran retórica de izquierda y anti-imperialista, ¿Representan ellos realmente un rompimiento del sistema establecido? ¿O son una perpetuación del mismo? En ellos, inclusive en Cuba, persiste el capital, persisten las clases sociales, las relaciones de explotación y las jerarquías machistas y capitalistas. La única gran diferencia entre un "Estado liberal" y un "estado socialista" es el nivel de intervención del Estado en la economía, pero es el mismo sistema económico de siempre. Es como cambiar a un esclavista sádico por un esclavista simpático: la misma relación de explotación pero más amigable.

Irónicamente, y pareciera una regla general, entre más extremista es el discurso de izquierda de los gobiernos, más posibilidades hay de que criminalicen al funcionario público que exige su pago de salario o mejores condiciones laborales, lo que los hace complices del sistema. Inclusive, las prácticas económicas restrictivas que suelen aplicar los gobiernos de izquierda, generan una situación de monopolio/oligopolio: dado que no es fácil avanzar en esos mercados por las medidas burocráticas, sólo las empresas grandes son capaces de sobrevivir, lo que las beneficia (porque el gobierno les elimina la competencia) y, a la vez, fomenta precios altos (ante la poca competencia, las empresas no se ven obligadas a bajar los precios), perjudicando a los ciudadanos (Ej: caso Venezuela).

En este sentido, aunque suene fatalista, dentro del capitalismo, las buenas intenciones no ayudan a eliminar el capitalismo. Dicho de otro modo, y seguramente a no todos les gustará: Lo mejor para lograr la revolución es un gobierno de derechas. Un gobierno de "izquierdas" no hace más que frenar la voluntad de cambio mediante medidas asistencialistas que apaciguan el instinto de cambio radical. Los gobiernos de derecha, al crear medidas impopulares, generan sentimientos de cambio que a la vez generan organización social, tal como fueron los movimientos de Occupy Wall Street, los indignados, los estudiantes chilenos, etc., etc. La población se moviliza contra un enemigo en común.

En fin, en lo personal, considero que para la lucha social y lograr un verdadero cambio social, es mejor cuando ganan los gobiernos de derechas.

Comentarios

Unknown dijo…
Lee el discurso imbecil. Jamas dijo eso