Maduro a veces nos regala tantas oportunidades de hacer chistes que uno no sabe ni por donde empezar. La última son las apariciones milagrosas del comandante intergaláctico.
Los poderes de los dioses funcionan de maneras misteriosas, y Chávez no es la excepción. Por alguna razón los poderes divinos van decreciendo: un día crean el universo y las misiones sociales, y al día siguiente hacen milagros pequeños, como aparecer en tostadas de pan o en túneles del metro.
Hubiese sido más útil para la revolución bolivariana que el comandante omnipotente se apareciese en las calles como la Sayona, matando a todos esos oligarcas-golpistas-imperialistas que rondan por ahí, y hacerlos arder en el infierno que tiene allá abajo Bush, digo, er Diablo. De hecho, en lugar de un pajarito, yo me habría aparecido ante Maduro como Mufasa ante Simba (como una enorme y agraciada nube), pero bueno... cada quien hace sus apariciones fantasmales como mejor le plazca.
Hay una razón por la que Marx dijo que la religión es el opio de los pueblos, y es que el lenguaje mágico-religioso siempre ha sido una de las herramientas de manipulación de los poderosos, en detrimento del razonamiento lógico y crítico de la persona de a pie: Una persona ignorante, es fácil de manipular.
¿Eso es lo que se está buscando con todas estas ridiculeces? Al principio pensé que sí, pero viéndolo de nuevo, no es solamente eso. El uso de este lenguaje no ha beneficiado directamente la legitimidad del Presidente Maduro, más bien ha provocado hasta pequeñas burlas desde las propias filas del chavismo. Sin embargo, contradictoriamente, son las ofensas de los opositores las que progresivamente legitiman al presidente, al menos dentro de las bases del chavismo. El hecho de denigrarlo por su antigua profesión de chofer, de obrero, de sindicalista, de llamarlo bruto, ignorante y entre otros adjetivos, provoca más cohesión en el chavismo: les da la certeza de que una gente como "ellos" no pueden ser amigos de "nosotros". Maduro no es bruto, ni tampoco su gente, y han sido muy buenos para provocar una reacción que desean. Maduro le busca la lengua a la oposición, y ellos sin pensarlo muerden el anzuelo y se deslegitiman aún más ante las bases chavistas.
Sin embargo, no pongo en duda que muchos crean en el mito de Chávez. Pero ya el abuso de este lenguaje mágico-religioso demuestra que existe una estrategia subyacente: Lo hace descaradamente a propósito y a sabiendas de las inevitables burlas. Ante casi todo lo que hace el gobierno la oposición responde que eso una "cortina de humo", lo cual suele ser muy simplista, pero tampoco lo hace menos cierto: es más fácil hacer aparecer a Chávez en una piedra que hacer aparecer harina de maíz.
Patriotas y patriotos, ¡Congratúlense en esta nueva religión endógena!... Mis amistades ateas y racionalistas, ¡No hay salvación!
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