La religión neoliberal


Se suele decir -con mucha razón-, que el socialismo marxista es una religión. Ahora bien, yo creo que muy bien se puede decir lo mismo del neoliberalismo. Y tengo las pruebas de ello.

Hace algunos meses hice un pequeño experimento en el grupo de Facebook de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela. Me atreví a lanzar distintas soluciones económicas para la crisis existente en Venezuela, muy diferentes a las expresadas por la ortodoxia económica, y me senté a esperar las reacciones, las cuales no tardaron mucho en llegar. Las respuestas obtenidas fueron en su totalidad de índole neoliberal y, muy irónicamente, desde un punto de vista práctico, muy similares a las de un socialista-marxista o las de un dogmático religioso.

Así, voy a organizar los principales argumentos recibidos:

1. Falacia ad hominem: Lo primero que sucedió fue el intento de desacreditar una opinión únicamente en base a la profesión del interlocutor. Ello es denominado falacia ad hominem, y es una de las formas más bajas de argumentación, porque en lugar de atacar a la idea, se ataca al interlocutor.

Ejemplo:



2. Pensamiento único: Suele entenderse como "pensamiento único" a aquel que, basándose en una determinada doctrina, rechaza la posibilidad de utilidad o bondad de una idea diferente a la propia. Y tal como le ocurre al marxista, al neoliberal, le cuesta creer en soluciones que difieren de su propia doctrina.

Eso, por supuesto, no quiere decir que las ideas que yo expresé son acertadas; sin embargo, cuando se argumenta contra una idea deben darse todas las razones, tomarse todos los factores en cuenta y no descartar otras posibilidades. Muy pocas personas (sólo cuatro), se tomaron la molestia de dar razones y argumentar (y de esas cuatro, dos culminaron en ofensas al contrario).

Ejemplo:


3. Rechazo a la participación ciudadana: Las religiones, así como las doctrinas dictatoriales, se caracterizan por la concentración del poder en unos pocos. Las mismas suelen contar con liderazgos monopólicos u oligárquicos. Contrario a lo que podría pensar cualquier persona, nuestro religioso neoliberal se mostró contrario a la democracia, es decir, a la participación ciudadana en los asuntos económicos que nos afectan a todos. En este caso, ello es denominado "tecnocracia", literalmente "gobierno de los técnicos", de los técnicos neoliberales para ser más precisos.

Ejemplo:


4. Falacia de apelar al ridículo: En lógica, la apelación al ridículo es una falacia en la que se presentan los argumentos del oponente de manera tal que parezcan ridículos o irrisorios. Es un tipo de falacia por apelar a las emociones, y con frecuencia es una extensión de un intento por crear una falacia del hombre de paja.

Ejemplo:



4. Información sin soporte ni fuentes: Esto fue uno de las más extraños, ya que suelo verlo más cuando debato con religiosos, y es el suministro de información dudosa y ningún tipo de fuente confiable.

Ejemplo:


Ahora bien, para contextualizar, las propuestas fueron las siguientes (publicado en el siguiente artículo):


Es importante destacar algo, todos los que comentaron tienen razón en algo: La inflación es el producto de demasiado dinero, pero con la combinación de muy pocos bienes; es decir, la gente tiene mucho dinero, pero no se están produciendo suficientes bienes así que los precios empiezan a subir.

Es así que, la existencia del dinero por sí sola no genera la inflación -como argumentan nuestros neoliberales- sino el consumo que proviene de dicho dinero. Es decir, una forma de controlar la inflación es reducir el incentivo para consumir, para hacer que la gente piense hasta tres veces antes de comprar un algo nuevo. Y la única forma en que un Estado puede hacerlo es elevando las tasas de interés, elevando el costo del préstamo de dinero. Esa reducción en la demanda de cosas, automóviles, casas, una comida lujosa en un restaurante, obliga a los empresarios a no aumentar los precios porque de lo contrario no venderán sus productos.

La "disciplina fiscal" a la que suelen aducir nuestros creyentes neoliberales, que suele rimar mucho con austeridad, suena bien pero es irrealista teniendo en cuenta el tinte ideológico del gobierno nacional, por ser parte del credo de la religión neoliberal. Si eres un pastelero, tu trabajo es hacer un pastel de calidad y de acuerdo a los gustos de tu cliente, no de acuerdo a tus propios gustos. La austeridad es como decirle a un trabajador que para pagar sus deudas debe renunciar a su trabajo, lo cual es un completo absurdo. Portugal es un buen ejemplo de que no se requiere una dieta fiscal, sino que es posible implementar otro tipo de medidas para hacer crecer la economía(1).

Ciertamente, los precios de los productos no se originan en base a la estructura de costos, como afirman los marxistas-chavistas, sino por la oferta y la demanda de los mismos. Sin embargo, no ocurre así con los sueldos y salarios. En la actualidad, esa deficiencia en la fijación de los sueldos, es aprovechada tanto por públicos y privados para establecer mayores márgenes de ganancia en detrimento del trabajador. Si el productor requiere aumentar el precio del bien, en tanto hay un aumento del precio de los insumos, ¿Por qué no aumentan automáticamente el sueldo de sus trabajadores aun cuando también forma parte de su estructura de costos? Así, el empresario parece una contradicción viviente: libre mercado cuando se trata de bienes, pero comunista cuando se trata de salario (tienen que esperar a que lo aumente el Estado y no el mercado).

Desde el punto de vista político, se puede realizar un referéndum consultivo que diga: ¿Está usted de acuerdo con la reducción del gasto público en la economía venezolana? Si la respuesta de la población es positiva, entonces el gobierno se verá obligado a la reducción del mismo, por lo que supongo que ello debería valer la pena para el creyente neoliberal. En caso contrario, si la respuesta es no, se debe buscar otra solución. Si sólo tienes una solución para un problema, entonces no eres un buen profesional.

Por ahí algunos hablaron de que la economía es una ciencia. Y definitivamente ciencia no es repetir lo que otros dicen, sino crear nuevas ideas. En el caso de la economía, Adam Smith, Marx, Keynes, se caracterizaron por romper moldes con nuevas ideas; mientras que todos los demás sólo son megáfonos de sus ideas. La idea es que todos podamos crear nuevas ideas y no ser más que meros multiplicadores de ideas ajenas.

Así vemos como el (neo)liberalismo es también una iglesia económica, en tanto dispone de dogmas que se presentan como supuestamente "incuestionables", que van desde las mencionadas dietas fiscales a la no intervención del Estado. Veamos la definición de dogma según el DRAE:
dogma
Del lat. dogma, y este del gr. δόγμα dógma.
1. m. Proposición tenida por cierta y como principio innegable.
2. m. Conjunto de creencias de carácter indiscutible y obligado para los seguidores de cualquier religión.
3. m. Fundamento o puntos capitales de un sistema, ciencia o doctrina.
Si usted cree que, por ejemplo, Dios es siempre bueno, el diablo siempre es malo, o que la historia de la humanidad sólo está sujeta a la lucha de clases, o que la intervención estatal es siempre mala o que sólo a través de la disciplina fiscal se alcanza el nirvana, entonces usted tiene un dogma. Y, le guste o no, yo lo llamaré IGLESIA cuantas veces me de la gana, porque eso mismo es lo que es.
El artículo publicado en el grupo de Facebook de la Escuela de Economía de la UCV puede ser visualizado por aquí: https://www.facebook.com/groups/ucveconomia/permalink/1766258076788942/
Notas:
1. BBC Mundo. "El secreto detrás de la increíble recuperación económica de Portugal: ¿cómo hizo para reducir el déficit y al mismo tiempo aumentar los salarios?". Disponible por: http://www.bbc.com/mundo/noticias-39494514

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