American Guns


EE.UU. es un país de muchas contradicciones. "Sólo en EE.UU. las personas se pueden declarar a sí mismas como pro-pena de muerte, pro-guerra, pro-drones (aviones teledirigidos), pro-armas nucleares, pro-armas, pro-tortura, pro-minas terrestre y, aún así, ser pro-vida" (John Fulgensang).

Pero hoy sólo me meto con el problema de las armas, según la cual, para muchos, no es un problema sino un derecho. De hecho, la segunda enmienda a la Constitución de los EE.UU. lo declara así. Y para ello colocan como excusa, que no sólo es para ejercer el legítimo derecho a la defensa, sino también para:
  • disuadir gobiernos no democráticos;
  • repeler invasiones;
  • suprimir insurrecciones;
  • participar en la aplicación de la ley;
  • permitir a la gente a organizar sistemas de milicia.
Pero quien se cree ese cuento es porque no ha entendido el contexto de segunda enmienda a la Constitución, la cual fue aprobada el 15 de diciembre de 1791 (¡Hace 222 años!), ya que en realidad ésta fue aprobada con la intención de permitir que grupos de hombres blancos con armas (milicias patrulleras de esclavos) pudieran aplastar cualquier rebelión de esclavos en el sur del país y, de paso, para robarle la tierra a los indígenas (1)(2). Poco después de que la Constitución fuese ratificada, ocurrieron cientos de rebeliones de esclavos al sur del país, y cómo los negros superaban en número a los blancos en muchas áreas, ampliar el acceso de armas a los blancos, pero limitársela a los negros, parecía una buena idea.

Pero, a pesar de que aquel escenario acabó hace -unos pocos- años, todavía se sigue utilizando la segunda enmienda cada vez que se intenta regular la tenencia de armas. Así, con el paso del tiempo, vamos a ver que EE.UU. es un país que tiene una cultura alrededor de las armas. Esto es propio de culturas guerreras, donde las armas pueden ser la cosa más importante de la familia, que pasa de generación en generación, donde hasta se le colocan en altares y quizás un nombre. No me extrañaría que algún gringo hiciera algo similar.

Hechos como los que ocurrieron hace poco en Connecticut, donde un joven asesinó a niños y maestros, ha puesto una vez más en la mesa de discusión la posibilidad de regular las armas. Muy irónicamente, quienes defienden su derecho a la posesión de armas, afirman que esto debería ser tratado como un problema clínico o de salud pública (como enfermedades mentales).

Somos muchos los que abogamos porque el asunto de las drogas no sea tratado como un problema penal o criminal, sino que sea tratado como un problema de salud pública. Que se resuelva no mediante policías, sino mediante programas desintoxicación, atención sanitaria, campañas de salud, etc. De ahí que el hecho de que aquellas personas, que suelen ser de derecha o de tendencia conservadora, digan una solución parecida... Me hace reír mucho! (Mejor reír que llorar).

Pero este asunto de las armas en EE.UU., no sólo afecta a nivel local, en especial a los niños en las escuelas; sino que también tiene repercusiones internacionales. Por ejemplo, si México es la principal autopista de toda la droga que llega a EE.UU., los EE.UU. son el principal vendedor de armas a todos los narcos (y demás delincuentes) en México. De ahí que cada vez que se hable de regulación de armas en EE.UU., uno de los más interesados va a ser México, puesto que su enorme demanda de drogas y oferta de armas es la principal causante de la violencia generalizada en México.

Hace poco, el gobierno de Obama propuso una regulación, pero sólo de las armas de asalto. Y es poco probable que pudiera surgir una regulación más fuerte. Y ésto no porque el poseer armas sea un derecho, ya que los gobiernos del mundo, inclusive EE.UU., no tendría ningún inconveniente con limitarte tus derechos (Inclusive los mal llamados derechos) si les resulta muy conveniente. En realidad, todo gira alrededor de un enorme tejido de intereses, tanto por parte de la industria armamentística, como de la propia política y la misma ciudadanía. La industria de las armas en EE.UU. es enorme, y tiene tanto poder económico como de poder de fuego. Y ésta industria no sólo financia, a través de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), a muchos políticos en EE.UU., sino que dichas industrias significan puestos de empleo para muchos ciudadanos. De hecho, hay ciudades que dependen totalmente de ésta industria, y empezar una regulación de armas podría afectar la economía de muchas personas, lo que se traduce en pérdida de votos. Es así como nos encontramos con una situación poco favorable para quienes rechazamos la tenencia de armas.

El problema de las armas en EE.UU. es muy complejo, que por desgracia no se va solucionar con su regulación. De hecho, dicho país tendría que cambiar no sólo parte de su sistema económico, sino también a nivel político y cultural. Y recordemos que no sólo hablamos de uno de los países occidentales más conservadores del mundo, sino que hablamos de aquel país que no firmó el Protocolo de Kyoto (para evitar las emisiones de gases de invernadero), porque supuestamente no hay evidencia de que nosotros podamos acabar con el mundo (ambientalmente hablando)...

Los gringos fueron los primeros "revolucionarios" en el continente, esta vez serán los últimos.

Ah sí, México está jodido.

Fuentes:
1) The Unspeakable Original Intent of the Second Amendment. Disponible por: http://www.opednews.com/articles/The-Unspeakable-Original-I-by-Laurie-Endicott-Th-121216-899.html
2) The Second Amendment was Ratified to Preserve Slavery. Disponible por: http://truth-out.org/news/item/13890-the-second-amendment-was-ratified-to-preserve-slavery

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